Albin Michel 1986
Logion 42
Jesús decía: Estad de paso.
El tema de la Pascua “estar de paso”, en tránsito es importante en el cristianismo (Peschar, la Pascua quiere decir paso, tránsito en hebreo), Somos peregrinos y pasajeros en la tierra. Estamos de paso… No construimos nuestra casa en un camino o sobre un puente. Hay que pasar. Los años pasan. Todo pasa. ¿Qué es lo que no pasa?
Psicológicamente es ya signo de salud considerarse de paso: es la Realidad. Saber que ese sufrimiento intolerable “pasará”, lo hace algo más soportable. Saber que ese placer fascinante “pasará” nos hace más libres y nos entristecemos menos cuando se aleja.
Conocemos la historia de ese rey que un día soñó que poseía un anillo maravilloso. Cuando estaba deprimido o era desgraciado y lo miraba sentía una gran calma en él. Cuando estaba muy entusiasta o se abandonaba a una exaltación intempestiva, si miraba el anillo, de nuevo sentía la calma y su alegría se hacía apacible. En la mañana, al despertarse, el rey pidió a sus servidores que realizaran para él semejante anillo o encontrar uno semejante en el reino…
Después de mucha búsqueda los sirviente encontraron el anillo en el dedo de una anciana que exteriormente no parecía tener nada de “extra-ordinario”, simplemente estaba serena. Con gusto le dió el anillo al rey. El efecto mágico o maravillo fue inmediato. Después de unos días el rey parecía haber salido de sus estados maniaco-depresivos de ese ciclo sin fin de exaltaciones y depresiones. Más allá de la risa o el llanto descubrió la belleza de la sonrisa.
En el interior del anillo únicamente estaba escrito con letras de oro: “Esto también pasará”.
Es bueno recordar esta frase cuando estamos en una cama de hospital: “Esto también pasará” o cuando no podemos separarnos del abrazo amoroso tanta es la felicidad: “¡Esto también pasará!”
Impedir que el flujo y el reflujo de la vida pasen, es esto lo que causa el sufrimiento, dejar pasar lo que pasa, permanecer en lo que permanece.
“Estad de paso” Significa también estar en camino hacia la otra orilla, de las tinieblas hacia la luz de “ese mundo”, hacia el Padre decía Jesús. Pasar de lo pasa a lo que no pasa, despertar a la vida no nacida, resucitada, a la otra orilla de sí mismo. Se decía de san Bernardo que tenía el rostro de alguien que va hacia Jerusalén, el rostro de alguien que está de paso con una mirada terriblemente atenta.
El que está de paso ve todo por primera y última vez. No mirará hacia atrás. Saborea cada instante como el lugar mismo del paso hacia el Eterno presente.
Descubierta a principios del siglo XX, esculpida en caracteres árabes sobre el porche de la antigua ciudad Fateh-pu-Sikri, construida al sur de Delhi por el Gran Mogol Akbar el Justo, podemos leer este eco de nuestro logion:
“Jesús, la Paz esté sobre Él, ha dicho:
el mundo es un puente -
pasa por encima
pero no hagas de él tu casa.”
Estás palabras siempre atribuidas a Jesús, son citadas por varios autores musulmanes como Al-Ghazali (1059-1111) entre otros.