Vértigo horizontal, inmenso, íntimo instante
Más allá y a través de lo invisible, siempre es lo invisible que se deja contemplar.
Más allá y a través del poema, siempre es lo indecible que se deja soñar,
Más allá de lo sabido, está la proximidad de lo inaccesible de una Presencia…
La profecía de la amapola es simple :
Morirás ciertamente,
No importa
Es así
Abre tus alas
Florece
Conoce el espacio donde floreces
Él no morirá
Es así
Si no crees en Dios,
Mira la peonía
Si Crees en Dios ,
Mira la peonía.
Mira la lluvia que cae sobre la lluvia
A primera vista las amapolas son amapolas,
Si las miras bien y más
No son amapolas
Al final,
Si de manera precisa ya no ves amapolas
Eres amapola
Asir el instante
En pleno vuelo
Sin cortarle las alas
Esa aprensión no puede ser otra
Que el viento que lo sostiene
La flor, ¿Acaso está a la espera de una
Mirada que la comprenda?
¿Espera que alguien la respire?
La rosa florece sin porqué.
Florece porque florece
¿Eso dices…? (Silesius)
Florece para la conciencia que la concibe
Inmensamente unida a todo el universo
Íntimamente diferenciada de éste
Si no ¿Quién hablaría de la flor y de florecer?
La extrema sabiduría de la peonía
Soporta todos los comentarios y no adhiere a ninguno
Lo que soporta el sol y el viento
¿Qué le hace un discurso de hombre?
El peso exacto de su aliento
Menos que la brisa…
La conciencia emergente en el universo
¿Es sólo la fábrica de la complejidad?
¿No es también elogio de lo simple?
El universo si lo pensamos
Sólo puede aparecer en su complejidad…
Cuando lo contemplamos
Asentados, sin preguntas
Aparece como la gracia de lo Simple
El aflorar del Don
Decías
Que es grande la felicidad de las amapolas
Yo te decía
¿Qué sabes tú de la felicidad de las amapolas?
Me respondes
¿Cómo sabes si no soy feliz…
Como una amapola?
La flor ha dicho SÍ
Este consentimiento
Este asentimiento
En el corazón del desastre
Es la clave de los campos
No conozco otra cosa
Que pueda abrir
El cemento de la necesidad…
¿Qué sabemos nosotros de la vida íntima de las amapolas?
¿Qué sabemos nosotros de su correspondencia con las abejas y las mariposas?
Busco un saber que florece y murmura…
Para entrar en filosofía
Basta con una buena pregunta.
Para salir
No basta con mil respuestas…
La risa tal vez?
¿Qué hay más espiritual que una peonía?
¿Qué más material?
La peonía siendo peonía
La materia es espíritu
El espíritu es materia
¿Cuál es el problema?
Mil y un pétalos y ni la mitad de un espacio para un problema
La idea de la peonía no es su perfume
El perfume de la peonía no es su esencia
Su esencia no es la peonía
Sólo la peonía es peonía
Nacer o no nacer
Ahí esta la Cuestión…
Cada acontecimiento es la ocasión
De nacer a una mayor conciencia
Y amor
La ocasión de crecer
No nacer
Es hacer de cada acontecimiento
Un lamento y una regresión
Marchitarse antes de haber florecido
La muerte ella misma puede ser un nuevo nacimiento
La ocasión de reencontrar el buen día o la gran Noche
Que está en el nacimiento de todos nuestros nacimientos
Te amo más que el amor
Que siento por ti
Me decía.
Amémonos más que el amor que sentimos
El uno por el otro
Respondí.
Así naciste tú…
Tu Presencia
Ha quemado el muro de pensamientos
Que me separaba de la Vida
Hemos evocado la sabiduría de las peonías
Pero, ¿las peonías nos salvan?
Si las comprendemos bien
Las peonías nos salvan
De todo lo que no somos
Es lo que no somos lo que busca la salvación
Lo que somos ya está salvado…
La Vida salva!
Palabra de peonía
Cada mañana
Al mirar la buganvilla en flor
Pierdo la razón
Para ver
Abre los ojos
Basta un pensamiento
Para que te vuelvas ciego
Extraído de: “L’immense et l’Intime”, Editorial Isabelle & Jacques Pologny, 2008. Traducción M.L. González